domingo, 22 de febrero de 2015

TURISMO SEXUAL : EL NEGOCIO MÁS PERVERSO

Se calcula que en todo el mundo se obliga anualmente a más de un millón de niños a prostituirse, se les compra y vende con fines sexuales o se les emplea en la industria de la pornografía infantil. Es una industria multimillonaria donde los niños ingresan por la fuerza o mediante engaños, se les priva de sus derechos, de su dignidad y de su infancia. La explotación sexual comercial condena a los niños a una de las formas más peligrosas de trabajo infantil, amenaza su salud mental y física, y atenta contra todos los aspectos de su desarrollo...





Cuando un individuo busca mantener relaciones sexuales con niños o niñas y no quiere correr el riesgo de ser denunciado, tiene una segunda opción: acudir a la prostitución de menores. Si es que dispone de dinero suficiente como para permitírselo.

Por otro lado, se encontrará con la dificultad de encontrar un individuo o club que se lo facilite, pues la prostitución infantil se esconde mucho más que la prostitución de adultos. Pero una vez salvados estos dos obstáculos, cualquier individuo puede convertir en realidad sus fantasías con una niña o un niño, esclavizado y obligado a ser un objeto para el uso sexual.

Dicha prostitución nunca es voluntaria y va acompañada del miedo, al hambre, las drogas y multitud de circunstancias más, que pueden convertir la existencia tanto de un menor como de un adulto en un auténtico infierno que siempre sobrepasará nuestra imaginación.

Un coordinador internacional de la UNESCO para la lucha contra el comercio sexual y la infección por VIH y el SIDA, informa que comparado con hace diez años, el tráfico sexual de menores ha empeorado en Camboya, aunque también hay algunos lugares, como Tailandia, donde la situación ha mejorado". Al tratarse de una actividad clandestina no se sabe con exactitud cuantos niños son víctimas de esta perversidad, pero se estima que en Asia hay un millón de menores bajo este comercio sexual.

Hay tres factores que han contribuido a esta situación:


• Mayor demanda por parte de los hombres asiáticos. "Desean tener relaciones sexuales con niños vírgenes y, por ende, no infectados con VIH", señala Somaly Mam, fundadora de AFESIP, una institución con sede en Phnom Penh que rescata de la esclavitud sexual a chicas menores de edad.

• Indiferencia de los legisladores y los cuerpos policiales. En la mayoría de los países asiáticos es delito tener relaciones sexuales con un menor de 16 años o prostituir a un menor de 18.

• Corrupción generalizada. Los delincuentes que trafican con menores sobornan sistemáticamente a policías, jueces y legisladores. Los capos del tráfico sexual pagan a los policías más que el gobierno.

Por ejemplo en Camboya, los tribunales son sumamente corruptos. Si el infractor es extranjero, por regla general basta que le pague 10.000 dólares al juez para quedar absuelto de la acusación, mientras que los pedófilos del país se libran de la cárcel con sólo 200 o 300 dólares. Algunas familias de víctimas, para retirar la denuncia, se conforman con que el transgresor les pague 50 dólares.




También se repite esta situación en Tailandia, Laos, India y Filipinas, que se consideran paraísos de pedófilos, y la forma de operar de esta lacra humana es:


La captación y el rapto
¿De dónde salen las niñas y niños explotados en la prostitución? Fundamentalmente se obtienen de: los cinturones periféricos y las zonas marginales de las grandes ciudades; o de los menores escapados de sus casas.

En los cinturones industriales de las grandes ciudades es donde suelen trabajar las alcahuetas dedicadas a localizar posibles víctimas. Normalmente se trata de prostitutas o exprostitutas que con frecuencia dependen de una dosis de heroína. Se aprovechan de las privaciones económicas de las menores y les ofrecen algún trabajo o ayuda económica, normalmente a través de un bar, un espectáculo o un grupo de baile. Una vez que logran ganarse su confianza, les llevan a un establecimiento de la red donde caen en manos del proxeneta.

La retención y el secuestro 
Las organizaciones de prostitución utilizan pisos y clubes de alterne para retener a los menores. Una vez que han caído en uno de ellos comienza el verdadero calvario. Las niñas son encerradas, golpeadas y violadas por sus proxenetas durante varios días. De esta forma ninguna de ellas será virgen y habrá tenido varias experiencias antes de recibir a su primer cliente, a no ser que alguno de éstos esté interesado en una niña virgen. Por otro lado las palizas y amenazas aseguran el silencio de las menores, muchas veces aun después de ser detenidos sus proxenetas. En ningún momento dejan de ser vigiladas y no pueden salir a la calle. Normalmente son obligadas a drogarse con cocaína para aumentar su rendimiento o con heroína para doblegarlas, convertirlas en drogadictas y hacerlas así dependientes del proxeneta-camello.

Desenlace 
Los menores que caen en manos de estas redes tienen pocas posibilidades de escapar. Si no son liberados por la policía pueden terminar siendo vendidos en el extranjero y no regresar jamás. Pueden ser asesinados cuando ya no sirvan o caer por una sobredosis.

Pueden convertirse en drogadictos o simplemente no volver a recuperar su estado emocional normal. Un adolescente de quince años que ha pasado por esto tiene muchas probabilidades de no recuperarse nunca totalmente de los traumas psíquicos y físicos sufridos a una edad en la que el ser humano es tremendamente vulnerable mientras intenta moldear su personalidad.

Las niñas como carga familiar


En la India, donde a las hijas suele considerárselas una carga para la familia, el Departamento de Estado norteamericano calcula que hasta 500.000 menores de 16 años son objeto de explotación sexual. "Engañan a los padres para que entreguen a sus hijas a los traficantes. Los tíos y hermanos las venden", explica Roma Debabrata, quien rescata a menores afectados en Nueva Delhi mediante la ONG STOP Trafficking and Oppression of Children and Women. "La situación está fuera de control".

Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de la India, con sede en Nueva Delhi, los pederastas corren poco riesgo de detención: "Las leyes deficientes, su mala aplicación, las penas ineficaces y el riesgo mínimo de ser procesado, todo ello contribuye a perpetuar el tráfico".

Tailandia es un país de paso en el tráfico sexual infantil, es por allí como las mafias chinas ligadas a Malasia y Singapur, por ejemplo, exportan jovencitas de los países más pobres de la región del río Mekong a sus vecinos más ricos, según él y otros defensores de los derechos de los niños.

En el norte de Tailandia, Sompop Jantraka ha demostrado cómo pueden las sociedades proteger a sus menores de edad, a través de su fundación Mekong Youth Net, un programa de adiestramiento de un año para concienciar a jóvenes de diversos países de la zona de las consecuencias del comercio sexual.

sábado, 21 de febrero de 2015

LOS OSCUROS DINEROS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

La vida del economista José Ángel Sánchez Asiaín (Baracaldo, 1929) ha dado algunas vueltas antes de cerrar una puerta que se le entreabrió hace medio siglo, cuando estaba al frente del servicio de estudios del Banco de Bilbao y el director, que había sido consejero del Banco de España durante la guerra, le confió unos documentos. Tras esa puerta, atisbó la normalidad suspendida entre 1936 y 1939 en un medio tan alérgico a la anormalidad como el económico: dos pesetas, dos Bancos de España, dos procesos de inflación y dos maneras antagónicas de entender la sociedad. “Un caso de laboratorio”, afirma...




lunes, 16 de febrero de 2015

LA PELOTA Y EL FUSIL: TAMBORES DE GUERRA EN LAS GRADAS

Willian “Bill” Shankly, el mítico entrenador del Liverpool, dijo una vez la que puede ser la frase más sabia que jamás se ha pronunciado sobre este deporte. “El fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más importante que eso”. Este comentario, aunque en su momento pudiera parecer intrascendente, puede describir a la perfección lo que para millones de personas significa el conocido como deporte rey. Una cuestión demasiado importante..




Un negocio con millones de dólares en circulación. Un espectáculo, que bien en los campos o ante el televisor, concentra durante noventa minutos la atención de cientos de millones de personas. Se estima que 700 millones presenciaron la final del pasado Mundial de Sudáfrica. Con una carta de presentación que aúna el negocio, el espectáculo y una atención planetaria, sería bastante ingenuo considerar al fútbol como un mero juego o deporte. Bien resumió esta idea el teórico y filósofo marxista Antonio Gramsci, refiriéndose al fútbol en los siguientes términos: “Es el reino de la lealtad al aire libre”.

Y es que basta con ir a un estadio un domingo cualquiera para entender que aparte del resultado del encuentro están en juego muchas más cosas. Veremos cómo distintas personas expresan y dirimen sus identidades; por ejemplo, es curioso cómo uno puede conocer la filiación religiosa de un escocés simplemente preguntando por su equipo de fútbol. El Celtic de Glasgow siempre será un club católico y el Glasgow Rangers siempre será un club protestante y unionista aunque fichara al mismísimo Papa Francisco, sirviendo además esta expresión como un claro ejercicio de cohesión social. ¿Sería igual Cataluña sin el Fútbol Club Barcelona? ¿Habría Argentina cicatrizado de la misma manera sus heridas tras la guerra de las Malvinas sin aquel histórico doblete de Diego Armando Maradona? Probablemente no.

Por tanto, es necesario entender el fútbol como una realidad que trasciende el propio campo y su condición de mero juego para convertirse en un fenómeno total. Con vertientes económicas, sociales, políticas o incluso culturales. Así, el resultado de un encuentro significa muchas veces más que ganar o perder, tanto es así que utilizando el término del gran Ryszard Kapuściński a lo largo del siglo XX y siglo XXI nos podemos encontrar con las llamadas “guerras del fútbol”, momentos en los cuales un partido sirvió para canalizar todo el resentimiento de una sociedad contra sus élites o contra otro enemigo considerado exterior.


Honduras y El Salvador van a la guerra


Para narrar la primera de nuestras historias nos trasladamos a América Central, concretamente a Honduras y El Salvador. Estos dos países durante el mes de julio del año 1969 protagonizaron un conflicto armado que no se puede entender sin echar un vistazo a los campos de fútbol. En aquel momento ambos países luchaban por clasificarse para el Mundial que tendría lugar en México al año siguiente, queriendo la fortuna que ambos tuvieran que competir por la misma plaza.

El primer partido se disputo el domingo 8 de Junio en Tegucigalpa, la capital de Honduras. El equipo salvadoreño había llegado al lugar un día antes. Y según cuentan los periódicos de la época, ninguno de los jugadores salvadoreños pudo dormir aquella noche. Miles de hinchas hondureños rodearon el hotel donde la expedición de El Salvador se encontraba, y durante toda la noche no dejaron ni por un momento de arrojar piedras contra los cristales y hacer el mayor ruido posible. Cláxones, petardos y todo lo que pudiera producir escándalo fue usado. Como era de esperar al día siguiente los jugadores salvadoreños nerviosos y cansados perdieron el partido por un gol a cero.

Sin embargo, este no fue el único hecho que agitó El Salvador ese día. Los diarios del país afirman como una joven llamada Amelia Bolaños se suicidaba de un disparo al corazón mientras veía el encuentro. Aunque como es lógico, no está claro que el suicidio tuviera algo que ver con el partido, pero eso no importaba en un clima ya enrarecido entre los dos países. Al día siguiente “El Nacional”, uno de los principales periódicos del país, titulaba en su portada: “Una joven no pudo soportar la humillación a la que fue sometida su patria”

Tanto revuelo causó la noticia que el entierro de la joven muchacha fue retransmitido en directo por la televisión nacional, acudiendo al mismo el presidente de la república y todos sus ministros. El mensaje era claro: ganar a Honduras era ya una cuestión de Estado.

En este particular clima de exaltación nacional tuvo lugar el siguiente partido. Esta vez era la selección de Honduras la que se desplazaba a El Salvador, y como les había ocurrido una semana atrás a sus rivales tampoco pegarían ojo en toda la noche. Miles de hinchas salvadoreños encolerizados lanzaron infinidad de piedras y desperdicios al interior del hotel. Tan grande era el revuelo en la capital salvadoreña, que ya por la mañana, los jugadores hondureños tuvieron que ser escoltados por el ejército hasta el estadio. Una vez dentro, tuvieron que soportar como su himno era abucheado y su bandera quemada. En este ambiente El Salvador venció por 3 a 0. Ilustrativas son las declaraciones del seleccionador hondureño Mario Griffin: “Menos mal que hemos perdido este partido”. Sin embargo, para muchos hinchas salvadoreños esto no era suficiente. Los jugadores de Honduras tuvieron que ser otra vez escoltados por el ejército hasta el aeropuerto. Y los aficionados hondureños que no abandonaron rápidamente el estadio fueron apaleados, resultando dos de ellos muertos.

Las repercusiones de lo ocurrido no se hicieron esperar y el 16 de Junio, un día después del partido, la frontera entre los dos países ya estaba cerrada. Ninguno de los dos países trato de rebajar la tensión existente y el 14 de julio estallo la guerra.

El fútbol acababa de demostrar toda su fuerza, aunque siendo honestos con la historia hay que añadir que también otras cuestiones latían tras este conflicto. Para comprenderlas nos tenemos que remontar a los principios del siglo XX en Honduras, cuando las empresas norteamericanas United Fruit Company y Standard Fruit Company desembarcaban en el país con la esperanza de encontrar un lugar de tierras fértiles donde pudieran cultivar bananas al menor coste posible. Tan rentable resulto el negocio, que a los pocos años las plantaciones ya se habían extendido por la mayor parte de Honduras, empezando a resultar la mano de obra hondureña escasa para satisfacer la demanda. Las compañías agrícolas, que aparte del control de la tierra se habían hecho también con el control del poder político, empezaron entonces a contratar campesinos salvadoreños de las zonas fronterizas. El Salvador es uno de los países más pequeños de América Central, pero que no obstante tiene una de las densidades de población más altas del continente. Es decir, era un lugar donde era difícil encontrar tierras libres para los campesinos, máxime cuando la mayor parte del país estaba ocupada por unos pocos grandes terratenientes. Como bien recuerda el dicho popular: “El Salvador es propiedad de 14 familias”. Por otro lado, Honduras era casi 6 veces más grande que su vecino, pero contaba con la mitad de su población. Los campesinos salvadoreños empezaron a moverse y a principios de la década de los 60 se calcula que unos 300.000 se encontraban viviendo en territorio hondureño.

La inmigración fluía, y aunque ilegal era tolerada por el gobierno de Tegucigalpa, el cual, hasta que los campesinos hondureños no mostraron los primeros síntomas de malestar no se atrevió a abordar la cuestión. Y aunque en su momento llegó a prever una reforma agraria, al haberse convertido paulatinamente el Estado en el mayordomo de los poderosos terratenientes, esta reforma no decretó la repartición de los grandes latifundios. En su lugar pretendía entregar las tierras que los campesinos salvadoreños habían ido ocupando durante años a los campesinos hondureños. El cambio, como era obvio, no solucionaba el problema, ya que ni los salvadoreños estaban dispuestos a abandonar sus tierras ni el gobierno de El Salvador aceptaba readmitir a los cerca de 300.000 inmigrantes. Un gobierno insistía y el otro se negaba. La tensión entre los dos países no hacía más que crecer y en estas poco apropiadas circunstancias tocó jugar a las selecciones de los distintos países. Como hemos visto, la guerra al final estallo y como bien definió Eduardo Galeano hablando del conflicto: “La violencia que desemboca en el fútbol no viene del fútbol, del mismo modo que las lágrimas no vienen del pañuelo”. El fútbol fue la chispa perfecta que hizo saltar por los aires los rencores acumulados.



Yugoslavia: del campo de juego al campo de batalla


La segunda de nuestras historias en las que un simple partido de fútbol ayudó a desatar las iras y rencores guardados durante muchos años nos sitúa en los Balcanes, concretamente en Zagreb, la capital de la actual Croacia. Si alguno de ustedes ha visitado esta ciudad puede que haya pasado por casualidad frente al estadio del Dinamo de Zagreb, donde se levanta una peculiar estatua. Un grupo de soldados esculpido en bronce y una corta inscripción. “A los aficionados de este club, que el 13 de Mayo de 1990 iniciaron, en este mismo campo, la guerra contra Serbia”. Puede que esto les suene exagerado y puede que tengan razón, sin embargo, ¿qué ocurrió aquella tarde para que haya quien afirme que la guerra de los Balcanes empezó en ese modesto estadio?

El día 13 de mayo de 1990 el Dinamo de Zagreb se enfrentaba al Estrella Roja de Belgrado. El partido en ese momento tenía una gran carga simbólica. En una Yugoslavia en plena hemorragia política, el fútbol se había convertido en un alumno aventajado de las distintas aspiraciones nacionalistas. Antes que los políticos, los hinchas ya enarbolaban las distintas banderas independentistas y se habían declarado odio eterno entre ellos. Cada filiación nacional tenía su equipo. Por ejemplo, en Bosnia el FK Sarajevo era el club de los bosnios musulmanes, cuya afición ultra, los Horde Zla, engrosarían durante la guerra las milicias bosnias. En el país también estaban el Zrinjski Mostar apoyado por los bosnios croatas y el Borac Banka Luka, apoyado por los serbobosnios. Los enfrentamientos entre estos equipos a finales de los noventa fueron el ejemplo perfecto de lo que más tarde sería la guerra. Palizas, altercados y heridos eran la tónica en estos choques.

Por tanto, los yugoslavos veían cada jornada de liga por televisión lo que sus políticos se empeñaban en negar. Las gradas mostraban la composición de las futuras trincheras y el odio mutuo en cada partido no se podía ocultar. El 13 de mayo de 1990 fue la prueba más sólida de todo esto. Al partido se habían desplazado desde Belgrado unos 3.000 Delije del Estrella Roja. Y aunque desde que habían puesto un pie en Zagreb habían sido escoltados por la policía esto no impidió que se produjeran altercados y reyertas camino del estadio. Cánticos como “Muerte a Tudjman” o “Croacia es Serbia” habían acompañado a la comitiva. La tensión aquella tarde era evidente y ni el más optimista de los policías esperaba una jornada tranquila. Los Delije fueron situados en la grada norte del estadio, rodeados tanto por arriba como por los laterales de aficionados croatas. Esto demostró ser un error fatal, ya que, a falta de 10 minutos para el inicio del encuentro los ultras serbios lograron romper las vallas que les separaban del resto de la afición. En este momento comenzó el verdadero caos. Rápidamente cientos de ultras serbios accedían a sectores ocupados por aficionados croatas, empezando en cuestión de segundos una multitudinaria pelea. Golpes, carreras y cuchilladas se convirtió en la tónica general de la parte norte del estadio. Desde el césped la policía observa la situación impasible y al otro lado del campo los ultras del Dinamo de Zagreb entran en cólera. La mayoría de jugadores decide retirarse a los vestuarios, aunque algunos del Dinamo aguardan en el césped señalando a la policía la situación. La imagen de Zvonimir Boban increpando a los agentes dará la vuelta al mundo los siguientes días.

Sin embargo, y por si la situación no fuera ya lo suficientemente caótica, los Bad Blue Boys indignados por la actitud policial logran saltar al terreno de juego con la intención de llegar hasta el otro sector y poner fin a la pelea a su manera. Solo es en ese momento cuando la policía reacciona y carga contra los ultras croatas. Dos batallas se producen ahora simultáneamente, una en la grada y otra en el terreno de juego. En el momento de clímax de esta preguerra balcánica llueven piedras, gases lacrimógenos y se llegan a producir varios pequeños incendios en distintas zonas del estadio. El caos es absoluto, tanto que hasta el capitán del Dinamo, Zvonimir Boban, se ve envuelto en la pelea. La escena de este propinando una patada a un policía se convertirá en un mito para todos los croatas. La batalla finalmente se prolongó durante una hora más hasta que la policía logro devolver a los serbios y croatas a sus gradas, y para muchas de las personas que lo estaban viendo por televisión estas imágenes les demostraron aquel día que Yugoslavia estaba condenada. Meses más tarde Boban ficharía por el Milán, convirtiéndose en una estrella mundial, y los ultras irían a la guerra.



La importancia de representar al mundo árabe


La última de estas “guerras del fútbol” es en comparación con las anteriores bastante reciente, y nos sitúa en los países de Egipto y Argelia. El 12 de noviembre de 2009 la selección argelina se desplazaba a la tierra de los faraones para jugar el último y definitivo partido, el cual decidiría al propietario de la última plaza del grupo para el Mundial de Sudáfrica. Ambos países se jugaban todo a una carta y sus aficiones tenían muy claro la importancia del encuentro. Tanto es así, que el mismo día de la llegada de la expedición argelina a Egipto su autocar era atacado por un nutrido grupo de hinchas egipcios. El suceso, que se saldaría con tres jugadores argelinos heridos, no servía más que para aumentar la tensión entre las dos naciones. Un cruce de acusaciones entre sus federaciones futbolísticas se iniciaría después del incidente. Argelia acusaba a la federación egipcia de haber instigado el ataque y pedía a la FIFA la suspensión del partido que debía disputarse dos días más tarde. Por su parte, el país del Nilo negaba cualquier responsabilidad en lo ocurrido y acusaba a las autoridades argelinas de haber magnificado la situación. Esclarecedoras son las declaraciones de uno de los miembros del comité ejecutivo de la Federación, Mahmud Taher, que aseguraba a los medios “Argelia está sacando las cosas de quicio. El autobús fue dañado en su interior, por lo que es obvio que ellos mismos lo hicieron para aumentar la tensión”. La FIFA, a pesar de los requerimientos, no hizo uso de su autoridad y el partido siguió fijado para la fecha prevista.

El 14 de noviembre se disputaba, como estaba previsto, el encuentro. En un clima tenso y luciendo varios jugadores argelinos las secuelas del ataque en forma de vendaje. Con un estadio totalmente volcado con la selección nacional y los argelinos más pendientes de salir de allí ilesos que de conseguir la victoria, el resultado final era de 2 a 0 a favor del conjunto local. Marcador que dejaba la clasificación del grupo con un empate a todo y obligaba a realizar un partido de desempate.

Para las aficiones, sin embargo, los noventa minutos no fueron suficientes produciéndose altercados en los aledaños del estadio. 12 egipcios y 20 argelinos resultarían heridos como consecuencia de los disturbios. Además, en Argelia a muchos no les sentó bien la idea de tener que disputar un partido de desempate, dándose incidentes en la capital que concluirían con varios heridos, coches calcinados y ataques a todo aquello que oliera a egipcio. Llamativo es como 35 empleados de nacionalidad egipcia de la empresa Orascom tuvieron que ser evacuados del país con sus familias al ser sus hogares atacados. Las autoridades argelinas tuvieron que cerrar todos los accesos a la embajada del país del Nilo en Argel en previsión de nuevos ataques. Esa misma noche el presidente egipcio Hosni Mubarak advertía: “Egipto no tolera a aquellos que hieren la dignidad de sus hijos. No queremos que nos arrastren a reacciones impulsivas, pero estoy agitado yo también”.

La FIFA, al corriente de todos los incidentes, decidió celebrar el partido definitivo una semana más tarde en Sudan, considerado por la organización como territorio neutral. A regañadientes ambas federaciones aceptaron, aunque en la recepción que el Presidente de Sudan les preparo ninguna de ellas estrecho la mano a la otra. Estas actitudes y declaraciones como las del defensa argelino Madjid Bougherra, “Todo el equipo está listo para la guerra”, no ayudaban en absoluto a rebajar la tensión.

El encuentro fue un partido tosco y trabado, en el que finalmente logró el triunfo por un gol a cero la selección argelina. La victoria iba unida a un claro sentimiento de revancha, hiriendo aficionados argelinos a 21 egipcios después del choque. También se dieron disturbios en Francia, en ciudades como Marsella o Paris con alto número de población proveniente de la ex colonia. Egipto, ante estos sucesos, mandaba retirar a su embajador en Argel y varios centenares de manifestantes trataban en el Cairo de asaltar la embajada argelina. El nerviosismo iba en aumento por momentos y las élites dirigentes de ambos países, en aquellos momentos muy cuestionadas, no dudaban en echar leña al fuego buscando la legitimación popular. Sin embargo, cuando muchos esperaban ya algún movimiento de tropas ninguno de los dos países dio el paso definitivo. El fútbol, otra vez, había estado a punto de ser la excusa perfecta para que dos naciones fueran a las armas. No obstante parece que esta vez primó la cordura.

A los lectores más futboleros recordarles que finalmente Argelia disputó el Mundial de Sudáfrica, no siendo capaz de anotar ningún tanto en los tres partidos que jugó.

Madrid, 1992. Graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Estudiante de Ciencias Políticas en la UCM. Participante en proyectos de cooperación en Serbia, Armenia y Marruecos.

sábado, 14 de febrero de 2015

NAVARRA MANTIENE EL RECONOCIMIENTO A DOCE FRANQUISTAS, INCLUIDO EL DICTADOR

  • Siete de los galardonados ejercieron de generales en la cruenta Guerra Civil
  • El Gobierno de UPN incumple la Ley de Memoria Histórica, que le obliga a anular estos nombramientos



Según informa Noticias de navarra, hasta doce reconocidos franquistas, muchos de ellos responsables directos de los asesinatos de miles de personas, siguen ostentando en la actualidad la condición de hijo predilecto o adoptivo de Navarra..

viernes, 13 de febrero de 2015

EL AMOR NO CABE EN UN FRASCO DE COLONIA

Mañana se celebra San Valentín, el día de los enamorados, el día en el que Cupido lanza sus flechas llegando hasta los corazones de miles de parejas que, una vez que las reciben, no pueden volver a separarse. Eso, al menos, para todo buen romántico que se precie, es así. Cupido existe y no hay lugar a dudas. Pero para los más escépticos, este día es un fruto más de la sociedad de consumo, un invento de marketing y una estrategia de ventas para que, todo aquel que dice estar enamorado, gaste y derroche en una oferta, cada vez más extensa, de productos para enamorados...





Los anunciantes saben que un buen novio o una buena novia no va a dejar pasar este día sin comprarle un detalle a su pareja por lo que cada vez son más las propuestas que nos llegan de marcas de todos los rincones del mundo. Es el marketing del amor o el amor convertido en marketing, según se mire. Lo que está claro es que hoy explota, si no lo ha hecho ya en los días previos a la gran cita del amor con una gran cantidad de spots especiales, eventos especiales y acciones especiales

Con una reflexión, nos recuerda 'Ecologistas en acción' que el día de San Valentín es una de las fechas más consumistas del año, que así nos lo hace saber la publicidad con su muestra de productos como forma obligada de demostrar unos sentimientos y busca nuevos nichos de mercado apelando a las emociones. Hay que recordar que muchos regalos del día de los enamorados esconden trabajo precario en cadena y en condiciones poco saludables, como es el caso de las flores. Procede recordar el rastro de degradación social y ambiental que dejan días señalados como el de San Valentín. Es el caso de los ramos de flores, la forma más clásica de “demostrar” amor.

Muchas mujeres trabajan en condiciones semi-esclavas para cultivarlas y tratarlas en países como Ecuador y Colombia, Kenia o Zimbabue, donde se produce también acaparamiento de tierras y sobrexplotación de recursos para un sector controlado por grandes empresas transnacionales.

La publicidad contribuye a vender esas flores y otros productos, promoviendo estilos de vida insostenibles social y ambientalmente, y trata de situar al consumo y la acumulación de bienes en la cima de la escala de valores y en el objeto de nuestras aspiraciones. Se produce una clara mercantilización de las relaciones humanas a través de los anuncios, que buscan nuevos mercados a través de las emociones.



Un ejemplo de ello es la campaña del día de los enamorados de unos grandes almacenes, que protagoniza este año una pareja gay. El amor no cabe en un bote de perfume, ni se celebra en un día concreto del año por imposición comercial. El consumo no parece la receta más adecuada para demostrar cariño ni para salir de la crisis.

Ecologistas en Acción invita a cuestionar esas recetas mágicas y un modelo de consumo que incrementa el escenario de crisis ambiental y social.


sábado, 7 de febrero de 2015

EL TALLER DE LAS MUJERES DE COLORES

Lo que comenzó como un curso de costura como medio de formación y reinserción de mujeres procedentes de la prostitución se ha convertido tres años después en  Dona Kolors, una marca social que elabora a mano y comercializa productos de moda y hogar. Cinco mujeres trabajan a tiempo completo en el taller, que también ha comenzado a coser para terceros, y más de 30 reciben cada año formación...





Por Maria Muñoz

La iniciativa surgió precisamente desde un taller de inserción que impartía la ONG catalana Lloc de la Dona, que lleva desde hace 30 años trabajando con mujeres que han ejercido la prostitución. “En la asociación decidieron comenzar un curso de costura y vieron que a las mujeres les gustaba y se les daba bien y propusimos que para esas navidades elaboraran diferentes productos y trataran de venderlos a personas cercanas; la experiencia funcionó muy bien”, explica Danielle Pellikan, responsable ahora de Dona Kolors y por entonces voluntaria en la ONG. De aquella primera venta agotaron los cojines, monederos y abanicos que habían elaborado a mano las mujeres.

Los recortes en las subvenciones hicieron que la asociación comenzara a plantearse a elaborar y a comercializar más productos como forma de financiación de los talleres de inserción y de creación de puestos de trabajo estables para las mujeres. Pellikan se embarcó en el proyecto, preparó un plan de negocio y nació Dona Kolors. “ Un nombre que puede leerse de varias maneras: las mujeres [dona es mujer en catalán] y los colores de los estampados y también las que dan color”, indica la responsable del proyecto.

Estampados africanos

El hecho de que todos los productos - desde manteles, cojines, bolsos o pendientes- estén elaborados con telas de vivos colores inspirados en los estampados africanos fue una idea que surgió precisamente de las mujeres que participaban en el taller de costura. “La gran mayoría de ellas procede de Nigeria y muchas comenzaron a traer las sus propias telas para empezar a trabajar con ellas y al final nos gustó a todas y decidimos mantener esos estampados”, detalla Pellikan. Las telas las importan de Holanda y los tintes procuran que sean lo más ecológicos y menos tóxicos posible.

Tras más de tres años en marcha, Dona Kolors ya emplea a tiempo completo a cinco mujeres y cada año más de 30 reciben formación. “Hay algunas que ya saben coser pero otras empiezan desde el principio nociones muy básicas hasta que al final aprenden a crear una prenda desde cero”, detalla Pellikan. De momento, la marca no puede contratar a todas las que forma, pero muchas de ellas han encontrado empleo en otros talleres, tiendas o trabajando por su cuenta. “Algunas trabajan en su casa haciendo arreglos, lo que les permite un cierto nivel de autonomía”, detalla la responsable del proyecto, quien subraya que uno “de los retos más grandes es mantener la eficiencia del taller para poder mantener la formación”.

Además de la venta de los productos a través de su  página web, Dona Kolors también tiene varios puntos de venta en diferentes locales de  Barcelona, Mallorca y Tarragona. También reciben encargos para regalos de empresas y de bodas y están empezando a estudiar la venta en el extranjero.

Lo sí han comenzado es a coser para terceros. “ Hemos empezado esta segunda línea con diseñadores locales”, señala Pellikan. Uno de ellos es  Coshop, una red de tiendas en Barcelona que ofrece un espacio a diseñadores que  apuestan por la producción local y por criterios de sostenibilidad ambiental y laboral y que está preparando una colección de productos bajo su propia marca. También han colaborado con marcas consagradas como  HossIntropia elaborando bolsos a partir de restos de otras temporadas.

martes, 3 de febrero de 2015

EL ACOSO ESCOLAR SALE DE LAS SOMBRAS

La Policía intenta, no sin dificultades, sacar de la oscuridad y de las sombras un delito que se ha convertido en una plaga: el acoso escolar, ya sea presencial o a través de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería...



Por Manuel Marlasca

“A veces estamos dando una charla en el colegio sobre acoso y un niño se levanta y nos cuenta que a él le ocurre exactamente eso, lo que estamos relatando… Y nadie estaba enterado”. Lo cuenta una de las responsables de Participación Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la unidad que está sacando de la oscuridad y de las sombras un delito que se ha convertido en una plaga: el acoso escolar, ya sea presencial o a través de las redes sociales y los programas de mensajera.

Cada comisaría cuenta con un equipo de Participación Ciudadana, coordinados desde la Jefatura Superior. Solo en Madrid un centenar de agentes está destinado en estas unidades, que libran desde hace un tiempo una batalla contra el acoso. En el año 2013, la Dirección General de la Policía lanzó un Plan Director destinado a poner al descubierto este delito. La campaña contó con la colaboración de Iker Casillas y se vio respaldada por una ofensiva tuitera del departamento de Redes de la Dirección General.

Pero quienes luchan a pie de calle contra el acoso, quienes escuchan historias terribles, son los delegados de Participación. Acuden a dar charlas en los colegios destinadas a alumnos, padres y profesores y en las universidades donde se forman los futuros maestros. Además, se ha habilitado una dirección de correo electrónico –seguridadescolar@policia.es– donde se pueden denunciar de manera anónima los casos de acoso.

La sensación de los que luchan contra este delito es que “es un problema que les queda grande a todos los sectores implicados”. El caso de Carla Díaz, una niña que se suicidó en Gijón tras muchos meses de acoso y la pasividad del colegio, “se puede repetir en cualquier momento, esto es una bomba de relojería”.

Una bomba de relojería


La Policía trata de cambiar dinámicas inalterables desde hace décadas: cuando hay un problema de acoso, el conflicto trata de solucionarse de puertas para adentro, se intenta lavar la ropa sucia dentro del colegio. Unas sesiones con el psicólogo del colegio, un aviso a los padres de los acosadores, en el mejor de los casos, y un encuentro entre acosado y sus torturadores “para hacer las paces”, en el peor de los casos. “Estamos ante un delito y hay que tratarlo como tal -continúa la responsable de Participación Ciudadana-. Muchas veces, el asunto acaba con el menor acosado siendo víctima por segunda vez, porque se le saca del colegio, se le penaliza”.

Los agentes de Participación Ciudadana ponen un especial empeño en empatizar con los menores y en convencer a los responsables de los colegios de que lo que ocurre en sus centros es un delito y no “cosas de chavales”. “Los colegios han empezado a colaborar, aunque cuesta mucho, especialmente en los centros privados y concertados. Cuando conocemos un caso, avisamos a los padres de la víctima y al colegio, e incluso los acompañamos a que presenten la denuncia”. El objetivo es romper eso que los especialistas llaman el triángulo del acoso: víctima, acosadores y espectadores, muchas veces convertidos en cómplices.

“Cuando hablamos a los niños –dice una agente que ha participado en muchos de estos encuentros– intentamos que se den cuenta de lo que ocurre, de lo que está pasando a su lado, en su misma clase”. Y cuando los agentes se dirigen a los profesores, intentan que los casos de acoso no se traten por el método tradicional, es decir, con un toque o una llamada de atención a los padres de los acosadores, que les permite a estos borrar las pruebas de sus fechorías, sobre todo cuando se trata de ciberbullying.


Graves trastornos: anorexia, bulimia...


Tres de cada cuatro casos de acoso se producen en esos infinitos patios virtuales que son las redes y los programas de mensajería instantánea, como whatsapp, la mayoría de las veces sin que los padres sepan absolutamente nada de lo que está ocurriendo. La cifra que da una responsable de Participación Ciudadana asusta y da que pensar: “Un 80 por ciento de los padres no saben que sus hijos tienen perfiles en redes sociales”. El acoso digital es de 24 horas al día, despiadado y de consecuencias terribles: “Conocemos muchos casos de chicos y chicas con trastornos graves, como anorexia o bulimia, provocados por este acoso en las redes”. La crueldad que se comete con el anonimato que dan el teléfono o el ordenador no tiene límites: “Hasta a algún chaval que acabó hospitalizado le seguían acosando a través de whatsapp”.

Los agentes de Participación Ciudadana quieren que el acoso salga de la oscuridad, que se convierta en un delito que se investigue con la misma metodología que otros delitos, aunque la terrible realidad es que muchos de los autores de estas refinadas torturas no alcanzan la barrera de los 14 años, edad a partir de la cual se tiene responsabilidad penal, y salen absolutamente impunes. Así ocurrió con una de las niñas que indujo a que Carla se lanzase por un acantilado en Gijón, harta del acoso y del silencio cómplice del colegio en el que estudiaba. 

domingo, 1 de febrero de 2015

LOS ÚLTIMOS ESPAÑOLES DE MAUTHAUSEN

'Los últimos españoles de Mauthausen', un libro del periodista español Carlos Hernández, cita documentos inéditos sobre la colaboración entre Franco y Hitler en la deportación de más de 9.000 españoles a campos de concentración..


LAS REINVINDICACIONES DEL 'BLACK POWER'

Tras numerosas protestas en ciudades como Ferguson, los debates sobre desigualdad racial han vuelto a EEUU con fuerza. Los asesinatos y los datos sobre discriminación, criminalidad o pobreza que rodean a la población negra solo avivan la llama. ¿Qué ha cambiado desde los años sesenta?..



Por Alicia Ibarra

Ferguson, Misuri, 9 de agosto de 2014. Esta es la fecha en la que el joven afroamericano Michael Brown fue disparado por un policía blanco, pese a estar desarmado. Ese fue el momento en el que EEUU revivió manifestaciones del Black Power, tanto pacíficas como violentas. Vistas por televisión recordaban a las protagonizadas décadas antes (en los sesenta y setenta) por los jóvenes del 'poder negro', con eslóganes como: "No a la brutalidad policial", "No a la discriminación racial" o "Justicia". Y es que el policía que disparó a Brown, Darren Wilson, sigue libre y no afrontará ningún proceso judicial.
Estas protestas no han sido las únicas en EEUU, un país que sigue marcado por su pasado esclavista. Se trata de una especie de problema social de fondo, oculto por la vorágine del día a día, que despierta cada cierto tiempo. Así, en 1992 un caso parecido al de Ferguson sacó a cientos de personas a la calle en Los Ángeles. Quizás las heridas aún no estén cicatrizadas del todo y los sentimientos de culpa o de rechazo hacia los negros sigan presentes. Películas como 'Doce años de esclavitud' o 'El mayordomo' hablan con controversia sobre la cultura estadounidense y su historia.

Represión policial y pobreza


«Las fotografías de Ferguson pueden recordar hechos pasados, la diferencia es que ahora son sucesos aislados y antes eran cotidianos», explica José Manuel Roca, doctor en Ciencias de la Información, diplomado en Estudios Avanzados de Ciencias Políticas y profesor de Comunicación Política y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente, aunque la realidad es muy distinta tanto a nivel legal como en el reconocimiento de derechos y libertades, algunos expertos advierten que aunque se hayan abolido leyes de contenido racista no implica que las actitudes racistas hayan desaparecido de la sociedad.
«La situación ha cambiado desde los años dorados del Black Power hasta la actualidad, ahora hay visibilidad de los afroamericanos en todos los niveles de la sociedad», señala José Manuel Roca. No obstante, eso no implica que no haya aún cosas por mejorar: Si Ferguson no fuera una ciudad con población mayoritariamente negra que roza el umbral de la pobreza quizás los disturbios no se habrían producido. Así, el profesor de Sociología explica que «la razón de la violencia que había durante los años sesenta y setenta por parte de la Black Panther Party (BPP) no era solo consecuencia de la violencia estructural de la sociedad estadounidense, sino de la represión policial en los barrios negros». 


Datos que reflejan el problema


En muchos casos se puede comprobar que las desigualdades raciales lejos de haber desaparecido desde el nacimiento del Black Power, han empeorado. A través de los datos de Bureau Of Labor Statistics (que engloban a toda la población de EEUU) se observa que hay el doble de personas afroamericanas en desempleo respecto a los blancos en 2013, diferencia porcentual que ya existía en la década de los setenta. El mismo organismo estatal dice que la tasa de encarcelamiento era seis veces superior en el caso de los negros frente a los blancos en 2010. Todo ello se une el abismo económico que había y que hay entre ambos sectores de población: casi 24 mil dólares anuales de diferencia, según datos de 2012.
Con estos indicadores se puede deducir que la pobreza, la marginación en los guetos y la falta de formación hacen que muchos jóvenes vean su futuro atado a una realidad que no desean, tal y como demuestran series como The Wire o Treme. Sin una fuerte inversión del Estado en los grandes núcleos de población negra de ciudades como Baltimore, Detroit, Chicago o Nueva Orleans el cambio parece casi imposible.


La falta de líderes


Frente a estas aparentes desigualdades, muchos ciudadanos se han organizado y han creado asociaciones como Hands Up United o The Lost Voices, que han intervenido en las protestas de Ferguson. «El problema no solo está en los líderes, sino en que falta un movimiento con la potencia que tuvo el de aquellos años», incide José Manuel Roca. Algunos analistas políticos y sociólogos creen que se trata de una falta de líderes como Martin Luther King, Angela Davis o Malcolm X, mientras que otros piensan que es más un problema de la sociedad y de los cambios que ha habido en la forma de luchar por los derechos.
Quizás también falten movimientos sociales y culturales que había antes y que acompañaban a los políticos. El documental 'The Black Power Mixtape 1967-1975', creado a partir de cintas y grabaciones que habían estado ocultas durante décadas en una cadena de televisión sueca, muestra la importancia no solo de los líderes, sino de las asociaciones que había detrás. También artistas, pintores del llamado 'black art', cantantes de soul o eslóganes como "Lo negro es bello" fueron muy relevantes.


Un afroamericano en la Casa Blanca


«Tras el fracaso de Jesse Jackson, Obama despertó grandes esperanzas entre la población negra de EEUU, pero también dentro de los sectores más progresistas de los votantes blancos», señala el diplomado en Ciencias Políticas. «Sin embargo, Obama no se ha distinguido por tener una política claramente definida por el color de la piel (como muchos esperaban), sino por actuar a favor de los que menos tienen», aclara. Aunque si analizamos las cifras, son mayoritariamente negros e hispanos los que viven en la pobreza, viendo cómo las grandes promesas de la reforma sanitaria, la legalización de inmigrantes o la subida del salario mínimo se han encontrado con grandes impedimentos para salir adelante.
De nada sirve una revolución televisada si no hay una social detrás, como da a entender Gil Scott-Heron en la canción estrella del movimiento negro: 'The Revolution Will Not Be Televised'. En parte lleva razón. Oprah Winfrey es una especie de diosa en los medios de comunicación, Beyoncé ha sido declarada la mujer más influyente del mundo y hay un afroamericano sentado en el Despacho Oval. Pero, ¿de qué sirve esa visibilidad si los problemas reales siguen sin haberse solucionado?.