En la medianoche del 24 de enero de 1977 fueron asesinados en el bufete de abogados de la calle de Atocha 55, tres laboralistas, un estudiante y un representante sindical.
Fue una clara operación de la extrema derecha con vinculación con los sectores más extremistas de los Servicios del Estado, que buscaban provocar a los comunistas y la posterior reacción del Ejército con el fin de nuevamente implantar una dictadura militar.
La conmoción del asesinato llevó, al día siguiente, a una multitudinaria manifestación encabezada por el PCE con el apoyo de toda la militancia de la izquierda y resto de fuerzas demócratas.
El PCE haría una importante demostración de fuerza que daría que pensar a Adolfo Suárez, preocupado porque su obra política pudiese estar en peligro. La matanza de Atocha y la fuerza de la izquierda mostrada en la manifestación, haría plantearse a Suárez, desde ese momento, si era posible llegar a las elecciones generales con el PCE fuera de la Ley.