En marzo de 1804 se celebraba en la catedral de la ciudad de México, capital de la Nueva España, un solemne Te Deum en presencia de todas las autoridades locales. El protagonista del acto no era ninguna personalidad ni ningún héroe militar, era un simple niño huérfano. Este niño tenía dentro de su cuerpo algo que iba a salvar las vidas de muchos de ellos, la vacuna de la viruela. Era uno de los 22 niños que acompañaban a “La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna”...
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Fases de los “granos de la vacuna”. Lámina de la introducción de Francisco Javier Balmis a su versión castellana del Tratado histórico y práctico de la vacuna, de J.L. Moreau. Madrid, Imp. Real. |