Recordamos a Eric Arthur Blair (1903-1950), más conocido como George Orwell, un autor que supo conciliar de forma sobresaliente su faceta de escritor con su compromiso político y sus experiencias revolucionarias. Además, reproducimos uno de sus escritos,Por qué escribo, que puede verse como una presentación de su obra en la que se fusionan política y literatura; la obra y la vida de Orwell serían inseparables.
El mundo podría llegar a ser como el de 1984, puesto que ya lo es en alguna de sus facetas. Orwell, al proyectar ficticiamente el horror a sus últimas consecuencias, nos sitúa frente a nuestra responsabilidad, y esa responsabilidad supone la esperanza, que lleva a la lucha para impedir que 1984 pueda cumplirse en cualquier otro año. Julio Cortazar.
Eric Arthur Blair -auténtico nombre del autor de 1984- nos dejo sus valiosas vida y obra como ejemplo y advertencia contra la tiranía que tanto odiaba y que le llevó a combatir la sublevación fascista en España donde el contacto con hombres y mujeres revolucionarios le llevo a confiar más que nunca en un mundo socialista despejado de toda autoridad. Su obra literaria conlleva un compromiso político ya desde su primer libro importante, Sin blanca en París y Londres, donde se detalla la repercusión económica sobre la gente más humilde en la crisis económica de finales de los años treinta. Sorprendentemente, y a pesar de su condición de hombre pacifista y progresista, su educación le influyó para ingresar en la policía imperial, lo que le llevó a Birmania, donde conoció la verdad del horror de la política imperialista de su país. Esto le marcó definitivamente y forjo su pensamiento político hacia posiciones netamente antiimperialistas reflejado en algunas de sus primeras novelas. El joven Eric decidió firmemente situarse al lado de los oprimidos y abandonó asqueado su condición de servidor colonial; vivió en París y Londres en los sitios más miserables y al cabo de cierto tiempo logró publicar sus primero libros, pero no logró la plena consolidación debido a su carácter rebelde, algo que le llevaba a negarse a ser un asalariado...