Tras la guerra civil, muchos fueron los españoles que tuvieron que abandonar la España franquista. Los principales países de acogida fueron Francia, México y la Unión Soviética. Muchos escritores dejaron huella de esta dolorosa experiencia, como Max Aub, que escribió Campo francés, donde se puede observar el periplo de un antifascista español, primero en el campo de concentración improvisado del estadio de Roland Garros, y después en el campo de Vernet en la región francesa de Ariège...
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miércoles, 1 de febrero de 2017
lunes, 25 de julio de 2016
LUIS BUÑUEL AL SERVICIO DE LA REPÚBLICA
Dos meses después de la sublevación militar que dio paso a la última Guerra Civil en España, el cineasta Luis Buñuel se dio de alta, el 18 de septiembre de 1936, como afiliado de la UGT en la Federación Española de la Industria de Espectáculos Públicos, sección de Empleados de Casas de Películas...
domingo, 1 de febrero de 2015
LOS ÚLTIMOS ESPAÑOLES DE MAUTHAUSEN
'Los últimos españoles de Mauthausen', un libro del periodista español Carlos Hernández, cita documentos inéditos sobre la colaboración entre Franco y Hitler en la deportación de más de 9.000 españoles a campos de concentración..
jueves, 1 de enero de 2015
LA HUIDA DEL BORBON
El hombre encargado de sacar a Alfonso XIII de España describió en apenas nueve folios las últimas horas del rey en suelo español...
14 de abril de 1931. Alrededor de las 16.30 horas. El todavía rey Alfonso XIII permanece en el Palacio Real de Madrid junto a los ministros del equipo de Gobierno del almirante Aznar. La decisión de abandonar el país ya está tomada. El rey, pensativo, se acercó a uno de los grandes ventanales de Palacio. “Esta es la que casa en la que nací y quizá no volveré a ver”, pronunció. No se equivocaba...
domingo, 9 de noviembre de 2014
LOS NIÑOS REPUBLICANOS
En aquella España hostil de los años cuarenta y cincuenta, los mayores derrotados no fueron los que habían empuñado las armas sino los que se denominaron niños de la guerra: los más débiles, los más asustados, los mas humillados, los últimos en padecer la tragedia en la se habían visto envueltos durante tres años. Miles de niños y jóvenes fueron víctimas de una guerra más larga que dominó su infancia y juventud y para muchos toda la vida. Desde la cotidiana represión en colegios y centros de Auxilio Social, hasta ese muchacho que, con sólo diecisiete años, fue obligado a formar parte de pelotones de fusilamiento; desde el miedo y la soledad hasta el exilio. Esta es la historia que, a través de cientos de testimonios, recoge Eduardo Pons Prades donde el recuerdo de cada uno se mezcla con el toda una generación.
Este libro contiene un conjunto de historias protagonizadas por los niños que sufrieron el exilio como consecuencia de la Guerra de España. Estos terribles alegatos señalan claramente los sufrimientos y sus causas, las víctimas y los verdugos. Aparecen miles de ciudadanos anónimos solidarios con la causa de la libertad que acogieron en sus hogares a esos niños huidos de la guerra. Además hay verdugos y hospicios franquistas donde se perdía el rastro de las familias perseguidas por los vencedores. Y campos de exterminio nazis donde los niños republicanos eran también exterminados, y cárceles para mujeres luchadoras y para sus niños, prisioneros mientras durase la condena de la madre. Se trata en fin, de un libro para que no olvidemos el horror, para que no permitamos que se repita.
Eduard Pons Prades (también conocido como Floreado Barsino) nació en Barcelona en 1920. Escritor catalán especializado en la Historia Contemporánea española del siglo XX, guionista documental, activo partícipe del Partido Sindicalista de Ángel Pestaña, militante de la Confederación Nacional del Trabajo y reputado conferenciante. Con dieciséis años participó activamente como soldado en la Guerra de España.
En 1937, después de colaborar en el Consejo Económico de la Madera Socializada (CNT), se alistó en el Ejército Republicano y combatió en Madrid, en el Segre y en el Ebro. Fue herido en Barcelona en 1938 y pasó a Francia al año siguiente, para sumarse a su ejército. Exiliado en Francia, sirvió de guía a militantes anarquistas para entrar y salir de España. En 1942 se integró en las fuerzas de la Resistencia española y estuvo al mando de un destacamento volante de guerrilleros franceses y españoles en los enfrentamientos por la liberación del Aude contra las tropas alemanas. También realizó dos viajes clandestinos a España (octubre de 1944 y diciembre de 1945). Fue detenido el 5 de enero de 1946 pero logró fugarse tres semanas después. Tras su etapa en Francia (1948-1964), regresó a España. Falleció en 2007.
jueves, 11 de septiembre de 2014
CAMINO AL EXILIO
Hay imágenes que hablan por sí solas. La historia que os voy a contar se resume en esta fotografía. Entre los infinitos matices de grises se cuela la pérdida, la tragedia, la tristeza, la huida, el exilio, la vida, el hambre, el mundo perdido; las mil miserias de una guerra y sus perdedores; la infancia y la ilusión amputada por una bomba; la obligada rendición republicana..
La niña que camina con muleta asida de la mano de Mariano Gracia, su padre, agotado y hundido, se llama Alicia. Detrás, de la mano de un desconocido, posiblemente un brigadista internacional, un niño cojeando de nombre Amadeo, hermano de Alicia, y más atrás el hermano mayor, Antonio.
Todos se dirigen hacía el exilio en Francia y es fácil adivinar que el año que esto ocurre es 1939.
domingo, 12 de enero de 2014
EL INDIGNO RECIBIMIENTO DE LOS REPUBLICANOS ESPAÑOLES EN FRANCIA
Este mes de enero se cumplen 75 años del éxodo hacia la frontera pirenaica franco-catalana de medio millón de refugiados republicanos, tanto civiles como milicianos, empujados por el avance de las tropas de Franco. Constituyó uno de los grandes dramas europeos del siglo XX, un naufragio masivo ante el que nada fue previsto por las autoridades francesas, advertidas con anticipación sobre la posible magnitud del alud humano. La actitud del país de la "Libertad, Igualdad, Fraternidad" y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano se limitó a un gélido recibimiento estrictamente militar, cargado de menosprecio moral y material, ignominioso y degradante para civiles y militares españoles. Los republicanos creían entrar en territorio amigo y fueron tratados como ganado, pese a ser ciudadanos civiles o soldados regulares de un gobierno democrático en ejercicio, reconocido por la comunidad internacional.
Unos 260.000 milicianos se vieron amontonados los primeros meses en los campos de concentración de las playas de Argelés, Saint-Cyprien y Le Barcarés sin ninguna instalación de abrigo. Casi la misma cifra de refugiados civiles (mujeres, niños, ancianos) fueron dispersados obligatoriamente en el interior de Francia mediante convoyes ferroviarios formados a menudo con vagones de mercancías. Tres cuartas partes ya habían regresado a España a finales de 1939, donde la suerte que les esperaba no era más halagüeña, como tampoco la de quienes se quedaron en Francia en vísperas de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana...
sábado, 2 de noviembre de 2013
EL EXILIO INTELECTUAL DE LA MUJER REPUBLICANA
Criadas en el seno de familias de toda clase, la Segunda República les otorgó la oportunidad de progresar, truncada después por el exilio al que les obligaron los militares golpistas. Un documental recoge los testimonios de una docena de mujeres refugiadas en México tras la Guerra Civil.
Hombres y mujeres de toda condición se vieron abocados a un exilio doloroso tras la Guerra Civil. Los primeros meses de 1939, casi medio millón de españoles huyó por la frontera francesa. Junto a trabajadores, funcionarios, políticos y excombatientes vinculados a la defensa de la República, convivieron en el largo camino del destierro personalidades del ámbito cultural y artístico, docentes, científicos y profesionales cualificados. El país quedó así marcado por un significativo déficit intelectual, al que añadir el retraso en derechos y libertades que trajo consigo el franquismo...
Quienes partieron hacia el exilio se llevaron consigo el progreso adquirido durante el paréntesis republicano: cinco años que resquebrajaron el retraso social y que aportaron a la mujer cuotas de derechos desconocidas hasta la fecha.
Precisamente, las jóvenes exiliadas que arribaron a lugares como México -donde el voto femenino no se logró hasta 1953- experimentaron el choque social, consecuencia de sus formas más vanguardistas de percibir la realidad. En 1945, se contabilizaban 16.000 exiliados españoles en el país norteamericano. El 40% eran mujeres.
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